¿QUÉ ES LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA?

Sep 18, 2020 | noticias

Todos sabemos que el cerebro de los recién nacidos no está desarrollado más allá de un 25% y en los primeros años de vida va creciendo y evolucionando hasta alcanzar su tamaño y madurez final.

Además, el número de células cerebrales o neuronas está determinado casi en su totalidad desde el nacimiento y durante la etapa adulta se generan muy pocas células nuevas.

Para que todas esas neuronas establezcan las conexiones correctas que ayudarán a cada persona a desenvolverse en el mundo, es muy importante que ese pequeño cerebro disponga de los estímulos adecuados.

A diferencia del cerebro de otros mamíferos, el del ser humano recién nacido tiene mucha facilidad para adaptarse y aprender de las circunstancias cambiantes a su alrededor. Esta característica se denomina plasticidad neuronal, y es de ella de la que se aprovecha la estimulación temprana para potenciar aquellas funciones cerebrales que a la larga resultan de mayor interés.

La estimulación temprana se compone de diferentes ejercicios y juegos cuya intención es la de proporcionar una serie de estímulos repetitivos que colaboran en el desarrollo integral del niño de entre 0 y 3 años.

¿CÓMO AYUDA LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA A MI BEBÉ?

Impulsa las competencias psicomotoras

Facilita la adquisición y correcto desarrollo del lenguaje

Favorece las habilidades de relación con el entorno físico y social

Refuerza la capacidad de atención, concentración y memoria

Despierta el interés y el disfrute por explorar y aprender

Favorece la creatividad

Refuerza la autoestima

De esta manera, se pueden trabajar tanto en niños sanos, sin patología asociada y también en aquellos cuyo desarrollo físico, cognitivo o sensorial está afectado de alguna forma, como podría ocurrir, por ejemplo, en algunos casos de nacimiento prematuro, complicaciones en el parto…

Cada intervención es individualizada, ya que el objetivo de la estimulación temprana no es acelerar o forzar el desarrollo, sino reforzar el potencial de cada niño de manera que cada reto o actividad fortalezcan su iniciativa y aprendizaje.

¿QUÉ NO ES LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA?

Un error muy común es pensar que si realizo estimulación temprana con mi bebé, se convertirá en un genio tipo Mozart o Einstein. Sin embargo, este no es el objetivo de la estimulación.

Nunca vamos a intentar aumentar la inteligencia de los niños ni, por supuesto, vamos forzarles en su desarrollo. Cada persona tiene y necesita su tiempo para evolucionar. Mediante la estimulación temprana, nos aseguramos de que los estímulos necesarios van llegando en el momento adecuado, facilitando que el desarrollo del bebé no se vea frenado por falta de dichos estímulos.

¿CUÁNDO DEBERÍA REALIZAR ESTIMULACIÓN TEMPRANA CON MI BEBÉ?

Como ya hemos dicho, la estimulación temprana puede llevarse a cabo con todos los niños, ya que siempre es un apoyo que facilita el correcto neurodesarrollo y proporciona al bebé la oportunidad de establecer conexiones entre diferentes áreas cerebrales.

Por otro lado, es importante conocer el patrón general de desarrollo de los niños, para poder utilizarlo como guía tanto para estar atentos ante cualquier desfase como para presentar los estímulos y actividades adecuados a su momento evolutivo. Sin embargo, nunca podemos olvidarnos de que cada niño evoluciona de manera diferente y tiene su propio ritmo, por lo que los parámetros de desarrollo han de tomarse con cierto margen.

¿CÓMO TRABAJAMOS LA ESTIMULACIÓN EN CPL?

Como ya explicamos en esta entrada de nuestro blog, en CPL trabajamos desde la perspectiva de la psicomotricidad vivenciada. De esta manera, aplicamos los principios de respeto, acompañamiento y confianza al trabajo en estimulación.

Trabajamos en la sala de psicomotricidad y, de manera no directiva, vamos introduciendo materiales que generen los estímulos adecuados al momento evolutivo para cada niño; facilitando las posturas, apoyos y desplazamientos siempre desde una mirada muy centrada en el deseo y capacidad de cada peque. También se genera una relación que propicie un desarrollo armónico, tanto con el bebé como con la madre o el padre, realizando un seguimiento y explicando pautas para realizar en casa, como juegos o masajes que favorezcan ese vínculo tan especial entre padre/madre e hijo.