Para comenzar… ¿qué es la autoestima?
El autoconcepto es la imagen que tenemos de nosotros mismos, cómo nos percibimos, mientras que la autoestima es la valoración de dicha imagen.
Mientras que el primer término es racional, lógico y objetivo (por ejemplo: soy una persona alta), la autoestima es una opinión subjetiva, emocional (por ejemplo: ser alta es horrible, no me gusta, me hace parecer fea… etc.).
La autoestima se va formando desde la infancia en función de las experiencias que vamos teniendo. Vamos elaborando esa imagen y cargándola de significado. Se trata de algo que varía a lo largo de nuestra vida. Si el autoconcepto es realista y la autoestima positiva, nos aceptaremos a nosotros mismos y tendremos más capacidad para enfrentarnos a la vida. Podemos decir, pues, que es la base de nuestra salud mental.
Como vemos, es algo bastante importante y que condicionará muchos aspectos de nuestra vida. Por eso es importante que, como padres y madres, favorezcamos una buena autoestima en nuestros hijos e hijas.
Estas son algunas de las características que poseen los niños con autoestima baja:
· Baja tolerancia a la frustración
· Rasgos impulsivo-agresivos
· Escasas habilidades sociales
· Poca autonomía
· Dificultad para hablar de uno mismo, de reconocer y expresar emociones.
Con una alta autoestima, los niños:
· Resuelven las frustraciones
· Son creativos, prueban cosas nuevas
· Resisten la presión del grupo
· Defienden sus ideas
· Lidian con los errores, los reconocen y los aceptan
¿CÓMO PUEDO FAVORECER UNA BUENA AUTOESTIMA EN MIS HIJOS?
- Cuidando también nuestra autoestima. Es fundamental ser un ejemplo, fomentando nuestro autocuidado y practicando lo que queremos enseñar a nuestros hijos.
- Cuidando nuestro lenguaje no verbal. Las miradas, los gestos… transmiten mucha información, incluso en ocasiones, más que el lenguaje verbal.
- Aceptando a nuestro hijo tal como es, con sus puntos débiles y fuertes. Esta aceptación le proporcionará seguridad y confianza para cambiar aquello que desee de él mismo.
- Ofreciéndole amor incondicional. Debemos demostrar nuestro cariño al niño por cómo es, no por lo que dice, hace o el modo en cómo se comporta.
- Fomentando su autonomía, de manera que vaya consiguiendo realizar cosas nuevas por él mismo. No sobreprotegerlo, ya que la sobreprotección crea en el niño sensación de inseguridad e incapacidad. Confiar en sus posibilidades, dándole responsabilidades, autonomía y ayudándole a que se sienta capaz.
- Validando lo que siente, sin negar o quitar importancia a sus problemas. De esta manera, se sentirá entendido y aprenderá a identificar y manejar sus emociones.
- Dándole mensajes positivos que le ayuden a confiar en él, elogiando y centrándonos en las cosas positivas, aunque sin sobrevalorarlas y sin exagerar los elogios.